Este era mi gran objetivo del año. Y la verdad que he cumplido con creces los objetivos que me he marcado antes de la carrera. El año pas...
Me gustaría agradecer a todos esos locos por la bicicleta que me han acompañado durante todos estos años ha hacer esos kilómetros de calidad y esas salidas infernales de 7 y 8 horas. Puede parecer que una amistad enraizada en el deporte, y en el placer por sufrir encima de una bicicleta, no puede durar mucho, pero después de kilómetros de sufrimiento compartido, se crea una especia de compañerismo difícil de describir. Después de tantas horas de historias compartidas, y de kilómetros quemados, llegas a desear salir a entrenar solo por la gente, para volver a disfrutar con ellos de ese placer que es el hablar y tomar los bollos en un lugar a 80 kilómetros de tu casa. Desde aquí ahora echo de menos esos momentos, y espero que en un corto espacio de tiempo pueda disfrutar otra vez con vosotros por Villalba y por la Sierra de Madrid entrenando. Con lo que compañeros de fatigas os agradezco vuestra amistad, por orden alfabético: Alfredo Canovas, Ángel (El taxista), Bruno (Del Moral), Carlos Montero (El triatleta insaciable), Carlos Vicente (München), David (Es màs corto hacer los 5 puertos que volver por el llano), Fran (con el plátano tengo para tres horas, con lo que vete tirando), José Manuel Maestre (El mejor profesional que ha habido y habrá nunca), Nacho (Nacho ¿nos hacemos el domingo 180 Kilómetros con 4 puertos?, “Por supuesto”, sabia que Nacho no me iba a decepcionar, jeje), Néstor (Nestoradas), Oscar (El tironcitos), Pablo (Pilates), Roberto (Del Moral), Venancio (El venan)
Duérmete, niñito mío,
que tu madre no está en casa; que se la llevó la Virgen de compañera a su casa. Federico García Lorca